Transformaciones originales de un objeto producido en serie
La artista María Girón propuso la intervención pictórica de una escultura creada por ella y reproducida en serie por el artista Arturo Ruano. Coincidentemente, el Hospicio San José había planteado la urgente necesidad de ampliar el área de habitaciones para destinarla a los jóvenes que han crecido al abrigo de la institución. La propuesta se enlazó con la necesidad y lanzamos un llamado a varios artistas. De la idea surgió un nombre: “Un caballo de batalla para el arte de sanar”.
La transformación de cada pieza dió inicio: Maggie de Bickford, Lily Acevedo, Tache Ayala, Patty Valladares, Mod Cárdenas, Juan Carlos Calderón, César Cartagena, Enrique Cay, Mayra Klée, Félix Vidal Chacón, Ilna de Möller, Juan Ramón Meza, Connie Secaira, Pina Pinetta, Juan José Rodríguez, Mónica Serra, Arturo Ruano, Mónica Torrebiarte, Valenz, Fernando Valdiviezo, Estefanía Valls Urquijo y Carol Yurrita de Maselli transformarían los objetos. La meta: el fondo semilla para la construcción del ala para adolescentes en el Hospicio San José.
Como paladines, emprendieron la tarea y he aquí el resultado: 22 caballitos de batalla convertidos en un objeto artístico que se atesora, formando parte de importantes colecciones a partir de una subasta. La generosidad de artistas, coleccionistas y amantes del arte dará como fruto el inicio de la construcción de un sueño. Los pequeñitos que llegaron hace 15 años sin expectativa de vida, pero llenos de esperanza tendrán su espacio, como jóvenes felices, futuros ciudadanos sensibles hacia el dolor de los demás que serán agentes de cambio en Guatemala.
Fundación Rozas Botrán y Paseo Cayalá agradecen a los artistas que luchan en esta batalla y felicita a los coleccionistas que invierten en la formación de capital humano a través de la adquisición de estas excepcionales piezas de arte, creadas por artistas de reconocida trayectoria.
Caballo de batalla: “destreza o talento destacado de quien profesa un arte o ciencia. El término se originó cuando los paladines -defensores de causas justas- reservaban el caballo más fuerte, diestro y seguro para el día del combate.”
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