Los cuentos de Cuchilla
La obra de Alex Cuchilla nos invita a involucrar todos los sentidos, educando la mirada, guiados por el corazón y la razón. Como fondo de sus pinturas encontramos un paisaje evocador, reinventado por medio de distintas técnicas, unas veces urbano, otras natural. Los personajes centrales son seres humanos como salidos de un cuento. He aquí el realismo mágico de sus obras, cuya atmósfera está invadida por una acción fantástica descrita de una manera realista. Lo irreal y extraño se muestra como algo usual y frecuente.
Observamos que los cuentos visuales de Cuchilla dan vida a un género autónomo que él convierte en mitos o leyendas del siglo XXI. La trama, protagonizada por el paisaje y un grupo reducido de personajes, se transmite por medio de colores y singulares texturas, signos y símbolos.
En la colección de obras que se exhiben en La Galería Rozas Botrán, el pintor traslada la responsabilidad de la narración al observador, convirtiéndolo también en el autor del cuento. Precisamente este autor decide cual es el inicio de la historia, plantea su desarrollo y propone el desenlace.
La manera tan personal de Cuchilla de colocar los elementos en el cuadro, así como el uso de las técnicas y la gran calidad de dibujo, generan un ambiente parecido al de la época cuando las historias eran expuestas oralmente porque no existía la escritura. Los hombres, las mujeres y los niños se reunían en grupos para escuchar a los cuenta cuentos que repetían una y otra vez la narración, matizándola en cada oportunidad con diferente entonación, en un ambiente misterioso que le daba el toque mágico y fantástico.
En esta muestra, todas las obras de Alex Cuchilla están vinculadas a través de los retratos infantiles que transmiten mensajes de esperanza y de paz, algunos con actitudes reflexivas y nostálgicas, en medio de elementos que nos recuerdan los juegos infantiles y la confiada alegría de la niñez, aunque sutilmente velada por una sombra de melancólica en las miradas.
Hay que observar detenidamente cada obra, analizar los elementos, percibir el conjunto y adentrarse en ella para sentirla profundamente. Viéndola, echamos a volar la imaginación. No cabe duda que estamos ante el trabajo de un talento centroamericano con una trayectoria acreditada y un futuro muy prometedor.
Jose Rozas Botrán
[button link=»https://2024.fundacionrozasbotran.org/colecciones-de-arte/categor%C3%ADa-producto/alex-cuchilla/» type=»big» color=»red»]Ver Galería Online[/button] [button link=»http://issuu.com/fundacionrozasbotran/docs/catalogo_de_alex_cuchilla_web» type=»big» color=»red»] Ver Catálogo Impreso [/button]Alex Cuchilla y la realidad reelaborada
De una forma autodidacta Alex Cuchilla se ha formado sólidamente desde hace ya largo tiempo. Un dominio técnico ha estructurado su obra, y es de reconocer que desde que comenzó este andar disciplinado en las artes plásticas, ha enfrentado su realidad, le ha tocado, habérselas con ella, confrontarla… y cargar con ella, pues ella no ha cargado con él: Alex es un guerrero no un luchador.
Hablar de la pintura de Alex, mi amigo, es hablar de oficio y de profunda honradez profesional. Alex es un trabajador de la cultura incansable. Como un maestro de obra que dedica muchas horas al día, en su praxis -que es un estado de sabiduría- todos los días del año, trabaja en el más mínimo detalle de su obra. Que nos dona, sincera, sin trucos de cocina. Es más alquimia que otra cosa… y ternura…
Su obra siempre me ha ofrecido la invitación a contemplarla, no con un fin puramente de deleite sensorial, porque es una obra que en su lectura sugiere. Y sugiere, como Alex se lo propone: ligarnos a una “humanitas”, que nos hace reflexionar, cualquiera sea el drama que presente.
Alex toma de la realidad sus insumos y los internaliza como pautas. Luego nos las presenta como contenidos formales que han pasado por un ejercicio de “reelaboración”… toma sus pautas, las descompone y luego las reelabora, para dárnoslas en una nueva versión, con una nueva perspectiva mas humana.
Su trabajo, en el plano o soporte, tiene la impronta de lo espontáneo: ese es el punto de Alex. El aporte a que veamos la realidad, interna o externa, como una nueva forma de composición del drama que expresa visualmente.
Forma parte de la historia de la ciudad. Describe la urbe, como desatando una tormenta de iconos que son válidos para toda América. Ha sabido recoger en cada rincón de nuestras ciudades lo pertinente a sus identidades y, ha tenido la fortuna de poder vivir de su trabajo como artista, sin ceder al gusto social de la época, el cual casi siempre es una vaguedad.
He visto cómo se ha transformado, cómo ha avanzado, cómo ha progresado, siempre como profesional. Comunicando esencia.
Estamos ante un pintor que ha ido evolucionando a composiciones en las que el juego de sus planos son fundamentales para la estructura de sus cuadros y en las que el color se ordena en grado máximo a su gran dominio del dibujo. Su capacidad de crear su propio lenguaje, de sensibilidad propia facultada en una mano convincente, alerta para el trazo, y a una visión crítica para captar su motivo, reflejan con mucha pasión todo lo que nos rodea, nos muestra y demuestra lo que nosotros no tenemos, la disciplina para observar, y ver el universo con ojos educados para valorarlo: eso nos enseña Alex Cuchilla.
Roberto Huezo Altamira
San Salvador, Agosto 2013
LA PINTURA DE ALEX CUCHILLA
Este artista pertenece a ese grupo de creadores cuya misión conquistadora les llevó a ser embajadores del arte de su país en toda el área centroamericana. Su obra es reflejo del desarrollo y los aportes de las artes visuales de El Salvador a otras sociedades y reproduce el momento en que les ha tocado producir.
La obra de Cuchilla se fundamenta en el conocimiento de valores formales entre los que hay que destacar el diálogo especial con el dibujo y el manejo del retrato como condicionado de identidad. Este último, se percibe a simple vista, es el eje desde el cual amarra sus sujetos y el mejor pretexto para demostrar su habilidad con la línea y la aplicación del color, complemento indispensable en la presentación final de sus composiciones.
La niñez es un tema recurrente en su trabajo de los últimos años. La inocencia despreocupada de los infantes en relación con fauna de distinta índole, interactuando en paisajes regionales, cargan de una especial nostalgia las visiones del autor.
Esta nueva colección reafirma sus aportes a la pintura contemporánea de El Salvador y por extensión la centroamericana. Entremos, pues, al mundo del idealismo de Alex Cuchilla también con los ojos niños y exploremos con el corazón su propuesta.