Alexey Marroquín, guatemalteco, se describe como autodidacta. Le gusta que los materiales se expresen por sí mismos. Los considera como la naturaleza. Se vale de herramientas y maquinaria industrial, incluyendo metales, arenas, remaches y pintura automotriz. Se define a si mismo como un artista de abstracción matérica, inspirado en temas del cosmos y la naturaleza, o automatismo del subconsciente. En su obra, las texturas, logradas en las formas geométricas, producen reflejos de luz que enriquecen las composiciones.