Las obras de la guatemalteca Ana Lorena Núñez parten de la experimentación con fotografías, dibujos, objetos y collages; lienzos, metal, madera y plexiglas. En este caso, son dos piezas aisladas, que al fundirse forman un todo y materizalizan la esencia de los sentimientos que quiere expresar, como estas partes de un rompecabezas. Los nombres de cada una remiten a estados emocionales que provocan empatía y nostalgia. La simbología gráfica refuerza el mensaje.