En la obra abstracta del salvadoreño Fredis Monge. el color crea una tensión visual y define un horizonte, a la manera de un paisaje, en donde se equilibra la geometría de los elementos verticales con la densa forma oscura del primer plano. En el horizonte, discretas, pero con una fuerza que viene del símbolo, aparecen unas líneas blancas, a maenra de cruces.