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Transiciones – César Pineda Moncrieff

Espacio Cultural Fundación Rozas-Botrán
Paseo Cayalá

La obra de César Pineda Moncrieff (Guatemala, 1980), tiene un sello personal auténtico e incuestionable, que manifiesta características del neo-barroco latinoamericano, como el horror al vacío, en el que se multiplican los elementos que llenan totalmente el área. Así es el trabajo de César, “una tendencia instintiva, un arte en movimiento que va de un centro hacia fuera y va rompiendo, en cierto modo, su propios márgenes, jugando con las luces y las sombras”.

 

De su obra también se ha dicho que es un nuevo surrealismo, sin embargo, las extraordinarias manifestaciones visuales surrealistas fueron premeditadas, calculadas perfectamente para provocar sensaciones asombrosas, muy bien fabricadas. Nosotros consideramos que su inspiración nace del acontecer cotidiano, proveniente del mundo barroco desarrollado en el istmo centroamericano por medio de la herencia prehispánica y la posterior influencia europea, con sus luces y sus sombras; sus encuentros y desencuentros.

Como todos los seres humanos, en varios momentos de la vida, la expresión visual de César Pineda Moncrieff ha tenido, y seguirá teniendo, etapas de transición que representan fases de cambio entre una experiencia y otra, que traen como resultado un desarrollo en su vida personal. Lógicamente, el concepto de transición lo inquieta cuando se pregunta por el sentido de la vida y el final de esta.

Los temas que inspiran la obra que se expone en el Espacio Cultural de la Fundación Rozas-Botrán en Paseo Cayalá manifiestan la ansiedad que ocasionan las transiciones. No cabe duda que, si algo distingue a los seres humanos del resto de las otras formas de vida del planeta es que en algún momento, la vida, tal y como la conocemos, llegará a su fin.

 

Los dibujos y las pinturas de Pineda Moncrieff presentan historias de vida puestas en escena. Generalmente contienen un personaje principal rodeado de objetos fuertemente simbólicos como el gato, animal imperturbable, silencioso y misterioso y el hombre del sombrero de copa, capaz de traer a colación temas imprevistos o inoportunos, entre otras figuras cuya simbología debemos descifrar.

 

Estamos seguros que esta exhibición despertará la imaginación y la creatividad, y propiciará el diálogo enriquecedor entre los grupos de espectadores, quienes podrán convertirse en personajes de las historias narradas por el artista.

Jose Rozas-Botrán

Guatemala, Septiembre 2018

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