La artista guatemalteca Ada Colocho es autodidacta. De ella, el maestro Leonel de Cid opina que “su trabajo es de una esteticidad para verla con ojos nuevos”. De su conocimiento del bordado artesanal emerge un discurso estético novedoso y auténtico. La experimentación la ha llevado a oxidar lienzos a través de inusitados procesos que combina con la imprimación de colores de zumo de frutas y vegetales y otros extraídos de la naturaleza y llevados al lienzo por medio de sublimación natural. La artista corta, recorta, deshace, pega, integra y reintegra sus elementos para crear composiciones muy particulares y singulares.