Daniela Sierra logra en la obra un fino acabado de la resina y se inspira en los cinco elementos; el agua, transparencia que concretiza los objetos, la madera de los troncos con espinas, el fuego en el rojo de las rosas, la tierra, de la que derivan las mismas, y el metal, soporte de la obra misma. Y así, como estos elementos encapsulados en la obra componen un todo, los seres humanos nos caracterizamos por ser un todo; a veces somos rosas… a veces espinas.

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