Habitable – Anaí Martínez-Mont

“Las obras de arte nacen siempre de quien ha afrontado el peligro, de quien ha ido hasta el extremo de la experiencia, hasta el punto que ningún humano puede rebasar. Cuanto más se ve, más propia, más personal, más única se hace una vida”.

Rainer Maria Rilke, escritor austríaco (1875-1926)

ANAÍ MARTÍNEZ-MONT
HABITABLE

La obra de Anaí Martínez-Mont no es solo una expresión de sentimientos, más bien es un conjunto de experiencias que inquieta nuestra mente. Esta colección, llamada Habitable, proviene de un profundo análisis introspectivo que principió desde la intimidad de la artista, en la búsqueda de la apropiación de un espacio permanente y sólido para la vida.

El concepto de su obra se ha desarrollado bajo la premisa de la virtud que tiene el espacio habitable de posibilitar otras manifestaciones del ser humano, especialmente la de convertirse en una morada que da opción a la intimidad y facilita el encuentro de personas con fines comunes. Habitar un espacio es una decisión de vida que implica convivirlo, entenderlo y compartirlo.

En este año 2020, inesperadamente, todos los habitantes del mundo -algunos de ellos acomodados dentro de la sociedad de consumo e inmersos en las nuevas tecnologías- se vieron sacudidos por una pandemia sin precedentes. La morada elegida libremente se convirtió en un reducto obligatorio para la sobrevivencia. Los artistas, conmovidos, han buscado una respuesta a los retos que plantea un futuro incierto.

El conjunto de obras matéricas de Anaí Martínez-Mont, que exhibimos en la galería Rozas-Botrán de la zona 14, es impresionista. Se caracteriza por la referencia a los cuatro elementos de la naturaleza -agua, tierra, aire y fuego- que eran, para muchas doctrinas antiguas, los componentes básicos de la materia y revelaban la actuación de la naturaleza.

En este sentido, la nueva colección de Anaí Martínez-Mont propone revisar nuestras actitudes y revalorar los espacios habitables desde la perspectiva del espacio exterior, para sentirnos como en casa y recuperar el mundo. Las magníficas visiones aéreas nos colocan en una posición privilegiada que nos permiten imaginar la majestuosidad de la Tierra, nuestro hogar.

Piers Sellers, meteorólogo y astronaura de la NASA, después de sus misiones en el Transbordador espacial Atlantis y Transbordador espacial Discovery, exclamó: “Flotando con la Estación Espacial Internacional, vi huracanes desplazándose por los océanos, el Amazonas abriéndose camino hacia el mar a través de una brillante alfombra verde de bosques y gigantes tormentas nocturnas que emitían destellos por cientos de kilómetros a lo largo del ecuador. Desde la perspectiva de Dios, vi cuán frágil e infinitamente preciosa es la Tierra. Tengo esperanza en su futuro”.

 

Jose Rozas-Botrán

Guatemala, Octubre 2020